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EL TRABAJO CON LOS PADRES DE FAMILIA ¿TAREA SENCILLA?
karina

Por: Lic. Alejandra González Servín

     El nacimiento de un niño con alguna discapacidad altera el orden familiar; produce tristeza, incertidumbre y otras emociones que hay que aprender a sobrellevar y convivir con ellas. Sea cual fuere la fortaleza individual, rara vez se está preparado para hacerle frente a esta situación, porque el niño ideal que esperaban no llegó.

Es por esto que como terapeutas solemos encontrarnos con padres confundidos por lo que, parte de nuestro trabajo es generar un espacio en la relación con ellos, desde el cual les ayudemos a pensar, a aclarar la perspectiva  y a encuadrar algunas de las percepciones que tienen sobre su hijo.

El punto principal en una reunión (entrevista) con los padres es ponerse de acuerdo de cómo formar un buen equipo entre nosotros terapeutas y ellos,  que fortalezca el aprendizaje y el desarrollo integral del paciente.

Cuando la relación con los padres es difícil

En algún momento, todos los terapeutas hemos pasado por la complicada experiencia de tener que afrontar a padres conflictivos; en estos casos es imprescindible que desarrollemos la habilidad de mantener la perspectiva y la distancia emocional, lo cual nos permitirá no engancharnos con los comentarios o comportamientos de los padres. Se dice fácil, aunque no lo es, pero no podemos tomarlo personal y debemos recordar siempre que generalmente, cuando los padres son conflictivos, sobre todo agresivos, suele ser porque siguen un patrón  de relación que repiten en los diferentes vínculos que establecen y en los contextos en los que se desenvuelven y no necesariamente es por nuestras acciones.

Las terapeutas que demuestran inseguridad en su rol suelen tener más dificultad ante este tipo de situaciones, así que es necesario hacernos concientes y trabajar en nosotros y nuestro tipo de vinculación.

También es necesario adquirir la habilidad de escuchar  en lugar de reaccionar; escuchar con calma y mantener una actitud que transmita tranquilidad.

Si un padre se altera y saca su desesperación con nosotros, es importante no mostrar malestar, no elevar el tono de voz.  Solo nosotros tenemos el poder y el control para decidir cómo vamos a reaccionar. Cuando, como profesionales, nos enganchamos y discutimos, se pierde el liderazgo y no ayudamos a esos padres, si no que nos volvemos parte del problema.

Si el terapeuta no se pone a la defensiva, está manteniendo la capacidad de ir más allá de lo que los padres están expresando y puede pensar con claridad. Se trata de identificar el sentimiento de los padres y no juzgarlos.

En la medida en que podamos reconocer y reflexionar sobre estos sentimientos, estaremos desarrollando la capacidad de discriminar adecuadamente nuestras emociones, que es una habilidad necesaria cuando hablamos de inteligencia emocional.

A continuación les dejo algunas estrategias para mantener el control en una conversación ante padres enfadados:

  • Establecer un límite de tiempo disponible. Los padres deben saber cuánto tiempo disponen para hablar.
  • No responder precipitadamente, si es necesario, proponer la reunión para otro momento.
  • No reaccionar a las acusaciones de los padres. Aplicar escucha activa y recoger con actitud empática su emoción Ej. “me doy cuenta que están muy enfadados”.
  • No quedarnos con el problema que traen sino tratar de ir más allá, de comprender lo que subyace a su comentario, entendiendo que muchas veces el verdadero problema está por debajo.
  • Identificar la parte en la que sí estamos de acuerdo con ellos y expresarla. Así romperemos la confrontación.
  • No dejarse llevar en la conversación de un lado a otro. Es importante poner un límite a esos otros temas y centrarse en el que se va a tratar.
  • Generar un espacio para pensar y así realizar un plan de acción en conjunto.
  • Enfocarse en la solución.

“Nuestro peor problema de comunicación es que no escuchamos para entender, escuchamos para contestar”  Aprendamos a escuchar para entender y seremos parte de la solución y no del problema.

BIBLIOGRAFIA

–       Coaching educativo, las emociones al servicio del aprendizaje. Coral López Pérez, Carmen Valls Ballesteros. Ed SM.