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¿QUÉ MIRADA LE DAS A TU PACIENTE?
Lic. Alejandra Villasenor Valencia

Por: Lic. Alejandra Villaseñor Valencia

Al asesorar a una terapeuta durante su sesión con uno de nuestros niños, escuché que le decía al menor “necesito escucharte”, “necesito que me digas lo que quieres” frase que al parecer puede ser precisa bajo el entendimiento de que la terapeuta quería estimular el lenguaje del pequeño; sin embargo, analizando su desempeño, cayó en cuenta que lo que le estaba pidiendo al niño, estaba basado en su propia necesidad y no en lo que él necesitaba en ese momento.

A raíz de lo anterior, hicimos un ejercicio interesante donde tomó conciencia sobre el objetivo primordial al dar terapia; no sólo es hacer una planeación para que el menor obtenga las habilidades que tu crees necesarias bajo tu experiencia profesional, sino generar la capacidad de mirar a tu paciente, identificando cuál es su necesidad en ese preciso momento.

Esto va más allá de la teoría que puedes adquirir en cursos, certificaciones o diplomados; esto requiere ciertas habilidades que solo se adquieren al ponerlas en práctica en la interacción con los demás y al tomar conciencia de la importancia de vincularte cuando te relacionas con otra persona. Una terapia se basa de la interacción, si logras darle la mirada al que tienes enfrente, indudablemente la calidad de la relación se verá beneficiada de manera inmediata.

Posterior al ejercicio de reflexión, la terapeuta concluyó que en ese día la necesidad del menor no era expresar aspectos sobre el juego, sino ser escuchado ante la situación particular que había vivido en la escuela en esa mañana, ya que al final de la sesión, el menor comentó si disgusto al haber sido parte de una riña entres sus pares.  

Que se sugiere para que puedas dar una mirada más asertiva a las necesidades de tus pacientes incrementando tu nivel de vinculación:

  • Tener en cuenta que la planeación de tu sesión puede modificar dependiendo de la situación que esté viviendo el menor. Esto requiere flexibilidad de pensamiento y capacidad de adaptar tus objetivos terapéuticos.
  • Estar claro en lo que toca hacer en tu rol de terapeuta; es decir, que las conductas sean acordes a las habilidades terapéuticas y no confundas tu rol con el de mamá, maestra o un par.
  • Mirar, escuchar y sentir al otro; busca incrementar las habilidades que el menor requiere mejorar sin dejar de mirar sus necesidades.
  • Disfrutar la relación, genera una interacción más natural y significativa; esto da un aprendizaje mayor.

Un niño será capaz de hacerse mirar, siempre y cuando haya sido mirado por alguien más, ¿Qué habilidades requieres empezar a generar?