Por. Mtra. Ligia Olmedo Santillana

Para progresar es necesario el pensamiento critico pues este es un impulsor del cambio y el avance, de la reflexión y toma de conciencia; el pensamiento critico es una forma de transformar o modificar.

Se puede pensar que el pensamiento critico es parte de la naturaleza humana pero no es así, este debe ejercitarse de manera sistemática hasta convertirlo en un hábito cognitivo.

Según la Fundación para el pensamiento crítico un pensador crítico y ejercitado:

• Formula problemas y preguntas vitales, con claridad y precisión.
• Acumula y evalúa información relevante y usa ideas abstractas para interpretar esa información efectivamente.
• Llega a conclusiones y soluciones, probándolas con criterios y estándares relevantes.
• Piensa con una mente abierta dentro de los sistemas alternos de pensamiento; reconoce y evalúa, según es necesario, los supuestos, implicaciones y consecuencias prácticas.
• Al idear soluciones a problemas complejos, se comunica efectivamente.

¿Porque hablar del pensamiento critico y crianza?

En la labor que realizamos como asesores educativos encontramos diferentes tipos de familias y es común que cuando se realiza una entrevista entre padres y terapeutas (que en realidad es un diálogo reflexivo) se hagan evidentes puntos que la familia no se había cuestionado.

En parte una asesoría brinda apoyo porque el terapeuta esta fuera de la dinámica y tiene menos puntos ciegos que los elementos que conforman el sistema, pero por otro lado también la falta de cuestionamiento y reflexión (que puede resultar cómoda) es parte fundamental por la que el sistema sigue manteniendo el “problema”.

Incluso una de las situaciones que aparecen con frecuencia es la aplicación del pensamiento egocéntrico que implica “yo creo que es verdad  porque siempre lo he creído así/ porque así me conviene/ porque así lo quiero/ porque así lo creemos en mi familia/ etc.” Ideas que al momento de criar pueden no contribuir a la mejora de la dinámica familiar y a la situación de los miembros que la conforman.

En la crianza (así como en otros contextos) es valioso el cuestionamiento de acciones, hábitos, creencias, reglas, rutinas, patrones de interacción, etc. Para aventurarse a cuestionarse es importante dejar la pereza, cobardía, la inflexibilidad, la arrogancia y el miedo pues hacerlo desencadenara la revelación de nueva información que puede ser impactante o dolorosa pero que seguro promoverá el avance.

Después de algunas conferencias hemos pedido a los padres que se realicen una pregunta poderosa sobre el tema tratado y quienes lograron vencer las barreras mencionadas anteriormente han aportado preguntas enriquecedoras como:

• Me cuestiono ¿Llevo a mi hija a clase de baile porque yo no pude ir cuando era pequeña o porque realmente le gusta bailar?
• ¿El tono que uso para hablar con mi hijo es el correcto para establecer un diálogo o generar conflicto?
• ¿Cuántas oportunidades le quito diariamente a mis hijos de resolver problemas por si mismos?
• ¿Si me sirvió a mi necesariamente será bueno para ella?
• ¿El intentar darle lo mismo a mis 3 hijos es la mejor forma de educarlos?
• Si hoy le entendemos más a mi hijo sin que se esfuerce por hablar mejor ¿Cómo lo corregiremos?

Al leer estas aportaciones podemos percatarnos de todo el potencial que tienen estos padres pero además imaginemos cuales son las posibles respuestas y acciones que se desencadenan posteriormente.

Los padres y cuidadores podrán mirar mas las necesidades de los niños que las de ellos mismos, podrán actuar basándose en construir una relación de respeto y cuidado, podrán cambiar o mejorar si así lo deciden la forma en que interactúan y marcan los roles en su dinámica diaria si adquieren el hábito del pensamiento critico.

Cuando los niños observan y escuchan en su día a día los cuestionamientos como parte de su crianza también se convierten en individuos que analizan, razonan y toman decisiones pensadas; situación que muchos padres buscan para el futuro de sus hijos.

Ninguna será una madre perfecta, ninguno será un padre perfecto, pero todos pueden trabajar para ser los mejores padres posible para su hijo. UNICEF

BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:

• La mini-guía para el Pensamiento crítico Conceptos y herramientas. Dr. Richard Paul y Dra. Linda Elder, Fundación para el Pensamiento Crítico, 2003.
• Guía sobre pautas de crianza para niños y niñas de 0 a 5 años de edad, UNICEF, 2011.