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LA PAUSA COMO ESTRATEGIA PARA ESTIMULAR EL INTELECTO EN EL AULA.
Lic. Claudia Rosas

Por: Lic. Claudia Rosas

En el aula se usan diferentes estrategias para generar reflexión y aprendizaje; Como docente al hacer preguntas  es importante revisar si

¿Tus preguntas son para llevar a tus alumnos a la reflexión o para ver quien tiene la información más rápido?

¿Las preguntas son verdaderamente para cuestionarse o para ver si ha puesto atención en la clase?

¿Quieres que tus alumnos te den la respuesta que esperas o quieres que ellos desarrollen habilidades de razonamiento?

La diferencia entre un resultado y otro puede depender de escasos segundos utilizados estratégicamente.

A finales de los años 70 la Doctora Mary Budd Rowe realizó un estudio acerca del tiempo de espera que brindaban los profesores a sus alumnos después de realizar una pregunta y antes de elegir a un alumno para responder. Después de haber observado, registró que el tiempo que brindaban los profesores era aproximadamente de 1 segundo en secundaria y  de 3 segundos en primaria. Ella propuso que se dieran algunos segundos extra (alrededor de 5 segundos) antes de nombrar al alumno que iba a responder. La investigadora consideraba que 1 o 3 segundos no eran suficientes para procesar la información con calidad y sobretodo en los alumnos que procesaban la información más despacio (quienes no tendrían tiempo suficiente para localizar ésta en su memoria a largo plazo y colocarla en su memoria operativa).

Además de que al momento en el que el profesor mencionaba el nombre del alumno al que iba dirigida la pregunta, los demás alumnos detenían su proceso y perdían la oportunidad de aprender.

La Doctora Rowe identificó dos momentos clave para efectuar el tiempo de espera:

 

  • Después de que el profesor formula la pregunta y antes de decir el nombre del alumno.

 

Este tiempo invita a toda la clase a pensar la respuesta a la pregunta.

 

  • Después de que el alumno responde.

 

Este tiempo brinda la oportunidad de añadir, modificar o elaborar una respuesta diferente a la primera.

Los resultados fueron verdaderamente enriquecedores, ya que se obtuvieron beneficios para los alumnos y profesores.

Los alumnos vivieron las siguientes situaciones:

  • Los estudiantes que procesaban la información más despacio, tenían oportunidad de responder y participar.
  • Se dieron cambios positivos en el clima afectivo.
  • Aparecieron cambios positivos en las interacciones del grupo.
  • Hubo incremento en el funcionamiento cognitivo.
  • Se incrementó el aprovechamiento académico.
  • Disminuyeron los problemas de conducta.

Los profesores también experimentaron cambios:

  • Realizaban preguntas con mayor grado de razonamiento superior.
  • Incrementaron la flexibilidad en la evaluación de las respuestas.
  • Aumentaron las expectativas del desempeño en alumnos que procesaban la información más despacio.

¿Qué sucede durante esas pausas?

Se realiza un proceso cognitivo complejo, promoviendo la reflexión, el análisis, relación de elementos claves, organización de información, autoevaluación, etc.

Es decir, se procesa la información con mayor calidad y esto a su vez disminuye la impulsividad cognitiva, creando hábitos cognitivos que traerán consigo grandes frutos.

La pausa es una forma de manejar el tiempo y éste debe ser siempre un aliado, no un perjuicio adicional. Después de la pausa, cuando la razón tome control de las circunstancias, se evaluará la respuesta. Y cualquiera que fuese, ésta ya nace con una ventaja inigualable,  porque emerge de un proceso cognitivo de calidad.

“La pausa nos permite respirar y mirar desde la distancia. La pausa es un paso básico y necesario que debemos tomar para salir de la monotonía y de nuestro ser automático”.

 

Bibliografía consultada:

Rowe, M. (1986). Wait time: Slowing down may be a way of speeding up. Journal of teacher Education.

Medina Díaz, M, Verdejo – Carrión, A. (2001). Evaluación del aprendizaje estudiantil. Isla Negra Editores.

Sousa, D. (2002) Cómo aprende el cerebro. Segunda Edición.