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PENSAMIENTO SOCIAL
Lic Alejandra Gonzalez Servin

Por: Lic. Alejandra González Servín

Los niños pasan gran parte del tiempo en la escuela; sentirse rechazados o emocionalmente tensos “duele”, deja huellas profundas y efectos negativos, esto les provoca mayor impacto que obtener malas notas. Los maestros (como impulsores y mediadores en esta etapa social de la vida de los alumnos) debemos tener una adecuada perspectiva de cada uno de ellos, al observar cómo interaccionan con sus compañeros y con las demás personas.

Ser populares con sus iguales y con sus maestros es tema de vital importancia en la etapa de la adolescencia, ya que, si tienen déficits en las habilidades sociales les será extremadamente difícil enfrentar los nuevos retos y exigencias que la vida les presente.

Cuando los niños son observados y gozan de buena aceptación por parte de los maestros, hacen uso de sus aptitudes innatas, pues se van consolidando a medida que acumulan saberes y experiencias.  Por otra parte, cuando este crecimiento social no se produce, la vida del pequeño puede ser “un infierno” marcado por la humillación y el rechazo, provocando aislamiento.

Algunos niños que tienen “problemas de sobra” en sus estudios (problemas de concentración o aprendizaje) también sufren heridas sociales en la escuela; a veces, una palabra de aliento les puede cambiar el mundo; recibir comprensión y tolerancia les permite afrontar todo de mejor manera.

Es recomendable para los Maestros:

  • Hacer una lista de virtudes y carencias sociales concretas para enseñarle el nombre de la función que va a desarrollar, así como de las habilidades que ya domina.
  • Poner a prueba diferentes maneras de practicar aspectos de interacción social, así como asignar objetivos concretos para trabajar determinadas carencias sociales.

Estas son las habilidades socio-emocionales como factor clave para el rendimiento académico que contribuyen a evitar problemas serios a largo plazo:

Empatía: habilidad que permite ponerse en el lugar del otro y comprender sus sentimientos.

Apego: permite desarrollar adecuados lazos afectivos con otros seres humanos.

Colaboración: permite trabajar con otras personas para lograr fines colectivos. Fomenta la integración e igualdad en el trato con los demás.

Solución de problemas: repertorio de habilidades que abarca desde saber identificar un conflicto o problema, hasta encontrar alternativas para solucionarlo.

Habilidades de escucha y comunicación: para escuchar activamente y expresar ideas y sentimientos.

Asertividad: relacionada con la competencia anterior, se trata de aprender a expresar deseos y necesidades de manera firme, pero sin hacer daño a otras personas.

Control de impulsos: un adecuado autocontrol permite reformular las propias creencias y sentimientos y saber canalizarlos adecuadamente, conteniendo estallidos de violencia y conductas desadaptadas.

Estas habilidades brindan a los niños la posibilidad de experimentar y aprender a reconocer las pautas sociales positivas elementales para lograr una apropiada adaptación social, emocional, académica y laboral.

Por lo antes expuesto y como profesionales de la educación, debemos ser conscientes de que el pensamiento social en los niños es aún más importante que todas las materias de la escuela juntas, pues adoptarlo definirá la manera en que los alumnos enfrenten la vida.   

“Lo que realmente importa para el éxito, carácter, felicidad y logros vitales es un conjunto definido de habilidades sociales, no solo habilidades cognitivas que son medidas por test convencionales del coeficiente intelectual”.  Daniel Goleman.


BIBLIOGRAFÍA

Mentes diferentes, aprendizajes diferentes. Un modelo educativo para desarrollar el potencial individual de cada uno. Levine Mel. Ed Paidós

http://www.educapeques.com/escuela-de-padres/habilidades-sociales-educar-para-las-relaciones-sociales.html