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RIESGOS LABORALES: EL SÍNDROME DE BURNOUT
Lic. Alejandra Villasenor Valencia

Hoy en día es común escuchar la palabra ansiedad o estrés en los espacios  laborales; dando como resultado poca calidad en las acciones a ejecutar y constante rotación del personal; esto, no solo genera un impacto relevante en la “empresa laboral” y/o clínica (tomando como referencia nuestro contexto terapéutico); sino también en el crecimiento de la persona que está padeciendo dicha crisis.

Según el IMSS, actualmente el 75% de los mexicanos padece fatiga por estrés laboral. Dicho término, es descrito como la creciente presión que provoca la saturación física y/o mental del trabajador, generando diversas consecuencias que no sólo afectan la salud, sino también su entorno más próximo ya que genera un desequilibrio entre lo laboral y lo personal.

Ahora, si nos enfocamos directamente al trabajo terapéutico, quizá el término más preciso para nuestra área sería “burnout”. Maslach y Jackson lo describe como un síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y reducida realización personal que ocurre entre individuos cuyo objeto de trabajo son otras personas; se refiere a una metáfora que se usa comúnmente para describir un estado o un proceso de consumación de energía parecido a la sofocación de un incendio. Pero por desgracia, no sólo afecta al personal que lo padece; sino que secundariamente afecta también a los usuarios que son atendidos por los que lo sufren dicho síntoma.

Como especialistas que mantenemos contacto directo con niños y padres de familia con el objetivo de brindar apoyo, seguridad y bienestar, es importante identificar si padecemos de estrés o burnout y cuestionarnos, cómo hacer para evitarlo; ya que la objetividad en el trabajo terapéutico depende de tu equilibrio y confort emocional.

Para definir si estás te encuentras en esta situación, puede identificar si presentas alguno de los siguientes síntomas:

  • Emocionales

Ansiedad, miedo, irritabilidad, mal humor, frustración, agotamiento, impotencia, inseguridad, desmotivación, intolerancia.

  • Conductuales

Disminución de la productividad, cometer errores, reportarse enfermo, dificultades en el habla, risa nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, apretar las mandíbulas, aumento del consumo de tabaco, consumo de alcohol y otras sustancias.

  • Cognitivos

Dificultad de concentración, confusión, olvidos, pensamiento menos efectivo, reducción de la capacidad de solución de problemas, reducción de la capacidad de aprendizaje.

  • Fisiológicos

Músculos contraídos, dolor de cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones, palpitaciones, respiración agitada, aumento de la presión sanguínea, agotamiento, mayor riesgo de obesidad y de problemas cardiovasculares, deterioro en la memoria, problemas de sueño.

Algunas de las propuestas para enfrentar dicho padecimiento son:

Silencio y espacio: La forma en que la mayoría de la gente intenta tratar la ansiedad, es con una solución externa, sin embargo, las herramientas para cambiar están dentro de ti. Se recomienda que apagues y tomes espacio del ruido exterior al que estás acostumbrado, estas son distracciones que te impiden escuchar tu propia voz.

Escuchar: En un lugar tranquilo, escribe. El objetivo de la escritura es descubrir lo que en tu vida está fuera de alineación y se manifiesta como ansiedad. Recuerda, la ansiedad es el síntoma, no la raíz. Podrías realizarte preguntas como: ¿Me siento satisfecho en mi trabajo y en mis relaciones? ¿Me siento expresado? ¿La gente sabe el verdadero yo? ¿Tengo comunidad? ¿Me siento sano y vivo en mi cuerpo?

Crear hábitos saludables: Son una gran herramienta para combatir el hartazgo porque te ayudan a reducir el proceso consciente de tomar decisiones. Cosas como comer sanamente y hacer ejercicio suelen ser las primeras que desaparecen cuando te sientes muy estresado, a menos que sean hábitos tan instalados en tu vida diaria que ya los hagas sin pensar.

Dividir tus metas grandes en pequeños objetivos: A veces, el burnout surge cuando la meta a la que queremos llegar es demasiado grande. En lugar de dejar que esto te estrese, tómate el tiempo para fragmentar tus grandes planes en objetivos más manejables. De esta manera, verás que es mucho más fácil empezar a trabajar porque el tamaño de tus pendientes es menos atemorizante.

Las consecuencias de este problema pueden afectar en contextos múltiples, tanto en el ámbito personal como organizacional, encontrándose mayor riesgo de sufrir diversas enfermedades, dificultades para trabajar en grupo y disfunciones en el rendimiento laboral. Es importante que como especialista del área humanista, busquemos apoyos alternos que nos brinden el equilibrio que se requiere para un buen manejo terapéutico.

Bibliografía:

Juárez-García, A. Idrovo, A. Camacho-Ávila, A. Place Collell, O. Escudé, C. Síndrome de burnout en población mexicana: Una revisión sistemática.

Takashi, S. Tetsuya, M. Shinya, K. Norio, M. Shoji, N. Relationship between Burnout and Communication Skill Training among Japanese Hospital Nurses: A Pilot Study.